Pondicherry es un lugar del sureste de India donde lo galo y lo indio se entremezclan. Esta antigua posesion francesa conserva la arquitectura europea aunque con el habitual desgaste provocado por la contaminacion y las fuertes lluvias de la India. A 11 km de esta antigua colonia se encuentra Auroville, un laboratorio de espiritualidad humana fundado por "La Madre" el 28 de febrero de 1968 a partir de 5000 punados de tierra que depositaron personas de 124 paises distintos en la urna central del lugar para simbolizar la unidad de la humanidad. Actualmente esta habitada por unos 2500 aurovilianos que llevan una vida de lo mas relajada.
Se trata de un lugar que no pertenece a nadie en particular y para unirte a el debes ser voluntario, servidor, de la consciencia divina. Viven en lujosas casas escondidas alrededor del Matrimandir, el lugar de meditacion por excelencia de esta extrana comunidad. Despues de visitar el hogar y mantener una larga conversacion con Uma, una veterana del lugar, quede asombrada con la calidad de vida y la espiritualidad que se respira en esta zona.
"La humanidad es un cuerpo. El auroviliano sale de su pequena individualidad para establecer conexiones con los demas", explica Uma. "Ser consciente, tener sentido comun y saber discernir, permitir que la nueva energia entre en nosotros".
"Se necesitan nuevas palabras para expresar nuevas ideas, se necesitan nuevas formas para manifestar nuevas fuerzas" -La Madre. En Auroville no son los maestros los que imponen la leccion sino los propios ninos los que deciden que hacer cada dia en base a sus intereses. La creatividad y el dominio de idiomas es la principal esencia de la educacion, un punto de vista distinto.
Despues de un primer intento de convertirnos en "valientes induarains" y pedalear esos 11 km, a los cuales hay que sumar otros 20 que recorrimos por paradero desconocido hasta dar con el lugar, bajo un sol abrasador, con la camiseta empapada y soñando con volar sobre una clasica bicicleta inglesa cuyos desniveles en el sillin atornillaban mi trasero a cada pedaleo, optamos por alquilar una moto al dia siguiente y llegar a Auroville antes del atardecer. Fue entonces cuando conocimos a Uma.
Conduciendo en India de nuevo! Buen momento para regalarme un automerito por esta arriesgada actividad. Todo lo que hacemos en la vida tiene un mensaje que transmitirnos, asi, pude entender una parte de la mentalidad india que no llegaba a cuajar en mi cabeza. Me refiero a esa necesidad, a ese poderio, a ese entusiasmo con el que los conductores tocan el claxon de sus vehiculos aun estando solos en la carretera. Salir a la calle y sentir que reventaban mis timpanos me sacaba de quicio. Sin embargo, no parece tan grave cuando te encuentras en el meollo del trafico indio. Es divertidisimo picarse con los demas vehiculos y competir con ellos hasta que una ampolla en el pulgar que utilizas para hacer sonar el claxon te impìda seguir. Parecemos estar todos locos!
Es una auténtica gozada todo lo que relatas, se nota que estás llena de vida y entusiasmo, y lo escribes muy bien. Debieras escribir un libro de viajes sobre India, estoy segura de que sería genial, nadie sabe tanto de ese país como tú, y tampoco expresarlo tan bien...
ResponderEliminar